martes, 29 de marzo de 2016

TA-TA-TAAAA

Víctor Hugo Morales fue un tipo muy respetado.
Por mí y por mucha gente.
Su llegada a la Argentina coincidió con el campeonato obtenido por Boca en 1981 y su forma de relatar rompió con todos los cánones establecidos hasta ese momento.
A José María Muñoz se le estaba cayendo la capa y Víctor Hugo se apoderó de la gran mayoría de las orejas argentinas apasionadas por el fútbol....
Lo seguí durante muchos años.
Compartía muchas de sus opiniones y su palabra era siempre la adecuada.
Años más tarde comenzó a dividir sus actividades y su relato fue quedando en segundo plano.
De cualquier manera, su prestigio estaba fuera de discusión.
Hasta que un día, de la noche a la mañana, se transformó en vocero propagandístico de un gobierno.
Se convirtió en periodista militante, una conjunción de palabras que nunca pude unir.
Para mí, sos periodista o sos militante.
Nunca podés ser las dos cosas porque la militancia te borra del periodismo.
Seguramente, esa pérdida de prestigio que fue aumentando, también incrementó su cuenta bancaria, blanca o negra.
Porque nadie vende su alma al diablo por poca plata.
Mientras crecía en su polémica actitud propagandística, bajaban sus medidas de audiencia.
Entonces, ese pilar de Radio Continental pasó a depender casi exclusivamente de una pauta oficial insólita para un programa de bajo rating.
Cuando cambió el gobierno y se anunció una redistribución más justa de la comunicación estatal, los programas de Víctor Hugo (junto a los de grupos como Índalo, Gvirtz, y Szpolski-Garfunkel) fueron de los más heridos.
En una empresa de medios privada como Continental, para conseguir anunciantes, hay que tener audiencia.
Víctor Hugo deberá ahora tratar de revertir su imagen.
Deberá intentar convertirse nuevamente en un periodista.
Será un camino duro.
De esos lugares es muy difícil regresar.
Porque, además, los medios aliados al Kirchnerismo (casi el 90% en cantidad) no cuentan con grandes audiencias y se mantenían con la pauta oficial que desde ahora será sólo la justa.
El caso VHM no tiene nada que ver con un acto de censura.
Y quizás estemos asistiendo al retiro de un periodista que fue grande de verdad.
Fue.
Y lo siento.
Lo respeté mucho.
Ya no.

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