miércoles, 26 de agosto de 2009

Fulbo y Drogas para todos.

Despenalizar la tenencia de marihuana para uso personal me parece otro gran extravío de este gobierno, aunque amparado por un fallo de la Corte Suprema.
Me imagino el desenlace.
Esquinas con chicos fumando porros a más no poder.
Es cierto que hoy también las vemos.
Pero estas imágenes van en camino a la multiplicación inmediata.
-Dale, total, no hay pena alguna. No pasa nada.

Las justificaciones son muchas. Ninguna parece ser muy válida.
1. Ya hay miles de chicos atrapados en la droga.
No solucionemos nada. Hagamos que lo malo sea legal y nos sacamos el problema de encima.
2. Nos vamos a encargar mejor de los narcotraficantes.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿A quiénes van a comprar las “mini dosis” los desde hoy amparados por la ley?
3. Los chicos son enfermos.
Perfecto. Ayudémoslos a salir. No les demos la droga en bandeja para que sigan igual.
4. La marihuana no es muy dañina.
Está comprobada la falsedad de esta afirmación. Destruye las neuronas y quizás ese sea el objetivo de la nueva norma.
5. Cada uno es libre de arruinarse como quiera si no molesta al resto de la sociedad.
La juventud arruinada (aún como consecuencia de su propia elección) no puede ser visto nunca como algo positivo en pos de una libertad que no existe porque su adicción ya los encerró. Me parece una aberración pensar de esa manera.
Además, quien me asegura que una persona drogada sólo se hace mal a ella misma. Estamos cansados de ver robos, asesinatos y muchas otras cosas como producto de la droga o el afán de conseguir algo de dinero para mantener la adicción. Es muy claro que quien menosprecia su vida, mucho más desprecia las de los demás.

Los problemas no se legalizan. Se asumen y se solucionan.
Estas últimas semanas estamos viendo con preocupación que el Gobierno, tratando de salir de su debilidad extrema, ataca con medidas tan facilistas como peligrosas.
Fútbol gratis aunque tengamos que poner 600 millones por año.
Droga no punible para que nuestros chicos vacíen sus cerebros.
Este es sólo el primer paso.
No quiero imaginar lo que viene atrás.
¿Aborto? ¿Cocaína? ¿Eutanasia?
Total, cada uno que se mate como quiera.
¿No sería mejor pensar en la manera de vivir y no en la forma de morir.
Por favor: ¿No hay nadie en nuestra clase dirigente para luchar contra este demonio que nos domina?