Messi apiló jugadores de derecha a izquierda.
Quizás esas gambetas no terminaban en nada.
O quizás frenaba, pasaban todos de largo, la pisaba, la amasaba, paralizaba la imagen, y la pinchaba por arriba del arquero boliviano.
Quizás.
Pero se la dejó a Román y seguramente pensó: ¡ Pegale Fuerte !
Entonces el 10 abrió su pie derecho, hizo equilibrio con el cuerpo y la puso allá en el ángulo.
Y... Es Román.
Es Harry Potter.
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